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La familia Borja, era una de las más célebres del reino de Aragón, España. Alcanzó fama mundial cuando Alfonso Borja fue elegido Papa con el nombre de Calixto III. A fines del mismo siglo, hubo otro Papa Borja, Alejandro VI, quien tenía cuatro hijos cuando fue elevado al Pontificado. Para dotar a su hijo Pedro, compró el ducado de Gandía, (en Valencia, España). Pedro, a su vez lo legó a su hijo Juan, quien fue asesinado poco después de su matrimonio. Su hijo, el tercer duque de Gandía, se casó con la hija natural de un hijo de Fernando V de Aragón. De este matrimonio nació el 28 de octubre de1510 Francisco de Borja y Aragón, nuestro santo, quien era nieto de un Papa (Alejandro VI) y de un rey (Fernando) y además, primo del emperador Carlos V.
Una vez que hubo terminado sus estudios, a los dieciocho años, Francisco ingresó en la corte de este último. Por entonces, ocurrió un incidente cuya importancia no había de verse sino más tarde. En Alcalá de Henares, Francisco quedó muy impresionado a la vista de un hombre a quien se conducía a la prisión de la Inquisición: ese hombre era Ignacio de Loyola.
FUENTE: www.corazones.org
Recursos sobre San Francisco de Borja:

Padre de familia y Virrey de Cataluña
Modelo de hombre cristiano
Encuentro con la muerte le da nueva vida
San Ignacio le da el cargo de provincial
Superior general
La humildad

San Remigio, Obispo

Friday, Oct 03, 2014

San Remigio fue el gran apóstol de los franceses, célebre por su sabiduría, su admirable santidad y sus muchos milagros. Al poco tiempo de ser ordenado sacerdote, ya era considerado como uno de los mejores oradores de su época, y cuando tenía sólo 22 años, fue elegido Obispo, cargo que desempeñó con energía y entrega a la misión por cerca de 70 años.

Por intersección y oraciones de su esposa, la Reina Clotilde, el Rey de los franceses Clodoveo se convirtío al cristianismo, y tuvo como director espiritual a San Remigio. Su elección por Cristo fue apoyado y seguido por sus súbitos quienes al saber de la conversión de su rey, decidieron abandonar la idolagría a los dioses paganos.

Fue ahí, donde San Remigio y sus sacerdotes se dedicaron con todo empeño a enseñar los principios elementales de la fe tanto al rey como a los súbitos que deseaban bautizarce. A los pocos meses, el rey y 2300 súbitos fueron bautizados en una sencilla ceremonia presidida por el santo Obispo.

San Remigio además empezó a predicar la Buena Nueva en el pueblo a fin de combatir a los herejes y paganos. También ayudó al hermano pobre y necesitado, y su solidaridad y servicio se extendió incluso por aquellos que no profesaban la religión cristiana. Dios le concedió el don de hacer curaciones y anunciar lo que iba a suceder en lo futuro.

Murió en el año 530 a la edad de 90 años.